jueves, 20 de mayo de 2010

Biología: El Caballo de Przewalski





Descubierto en el año 1879 por el capitán de la caballería rusa Nikolai Michailovitsch Przewalski, de origen polaco, en su tercera expedición a través de Asia Central en la región a la que los mongoles llamaban garedsu gadsy (tierra de los animales).





En un principio pensó que se trataba de una nueva especie de hemión por lo que lo llamó asno salvaje de Dsungaria. Los kirguises lo denominaban kertag.
Cuando en 1881 la Academia Rusa de Ciencias en base al estudio de una piel y un esqueleto concluyó que el kertag estaba más cerca del caballo original que el tarpán el mundo de la zoología se conmocionó y le adjudicaron la categoría de nueva especie, Equus Przewalskii. Además era idéntico a los caballos salvajes del arte paleolítico,


particularmente a los representados en el Friso de los Caballos de la cueva de Lascaux en Francia.












Por otra parte el yacimiento de Solutre-Pouilly, en Saône-et-Loire contiene osamentas de estos caballos.






El caballo de Przewalski es el único auténticamente salvaje que vive en libertad en la actualidad.
En América y Australia existen tropillas como las de cimarrones y mustangs que se han vuelto salvajes pero que proceden de animales domesticados.
Estos caballos a los que los mongoles llaman takhi (espíritu) fueron cazados por su carne hasta llevarlos casi a la extinción. El último ejemplar avistado y reportado lo fue en el Gobi occidental en 1969.
Los que actualmente viven en cautiverio y que han servido para repoblar tres reservas en Mongolia descienden de los 54 ejemplares capturados a principios del siglo XX por Hagenbeck entonces director del zoológico de Hamburgo.
El exitoso programa de repoblación lleva más de 30 años y está patrocinado por la Fundación para la Preservación y Protección del Caballo de Przewalski con sede en Holanda.
Básicamente se ha utilizado a tres sementales de líneas sanguíneas no relacionadas para lograr variedad genética. El registro de pedigrí de la especie se conserva en el zoológico de Praga.





Reintroducidos entre 1992 y 2004, 300 takhi ya pastorean libremente en las reservas de Khustain Nuruu, Takhiin Tal y Khomiin Tal.
La reserva de Khustain Nuruu es la que alberga el mayor número de caballos de Przewalski, unos 150, y la que tuve la oportunidad de visitar y recorrer en la primavera de 2006.
El proyecto de esta reserva es llegar a los 500 individuos, cifra que estima garantizaría la supervivencia de la especie.


Cuenta con guardianes que los protegen especialmente de su más peligroso depredador, el lobo. A pesar de ello unos cinco potrillos mueren anualmente por los ataques de estos carnívoros.





 La otra misión importante es evitar la hibridación con los caballos domésticos que abundan en la reserva.



















La probabilidad de cruza exitosa es baja. El caballo de Przewalski tiene 66 cromosomas y


el doméstico 64 lo que provoca altos porcentajes de aborto y de nacimiento de crías estériles.



Son animales de cabeza grande y pesada que generalmente y gracias a un poderoso y corto cuello llevan en posición horizontal, con un perfil ligera y distintivamente convexo. La crin es muy típica, hirsuta, erecta, corta y negra y no deja caer un mechón sobre la frente. Negra también es su cola. La capa es isabelina con una banda más oscura que se extiende desde la cruz hasta las ancas, las extremidades oscuras y cebradas, el vientre claro y el hocico blanco.
Alcanzan en la adultez una longitud de 210 centímetros, una altura de 130 y un peso de 350 kilogramos.





Los inviernos en Mongolia son extremadamente crudos, con temperaturas que descienden a -40°C y desastrosos episodios de zud. Literalmente “zud” se traduce como “inanición por falta de pasturas”. La más nefasta de las variedades se produce cuando un transitorio derretimiento se da entre dos heladas y la hierba queda cubierta por una lámina de hielo, fenómeno que provoca una masiva mortandad de animales.
El caballo de Przewalski rompe con sus cascos delanteros esta lámina y defensivamente modifica su pelaje en invierno de manera singular exclusiva de la especie. Palidece, se hace tupido y largo y bajo la mandíbula inferior le crece una barba de pelos aun más largos. Cola y crin no están compuestas sólo de pelos, sino también de una pelusa que se renueva periódicamente pero desfasadamente del cambio del pelaje, característica que certifica la pureza racial.



Las crías nacen en primavera tras una gestación de 335 días y se mantienen en pie desde el nacimiento.




La expectativa de vida en la estepa mongola será seguramente menor a los 30 años registrados en cautiverio y la madurez sexual pasará de los 2 a los 4 años por adecuación intraespecífica.
Algunas mínimas modificaciones morfológicas adquiridas en la sucesión de generaciones cautivas como el ensanchamiento del hocico y alargamiento de los dientes harán regresión ante la calidad y exigencias de la nueva dieta.

 




Haber podido observar a estos espléndidos caballos en Khustain Nuruu desarrollándose en su hábitat original gracias a la participación humana, afortunadamente más atinada que la que otrora diezmó la especie, me ha dejado en el recuerdo imágenes vívidas de paisajes de inmensa y admirable naturalidad enmarcados en sensaciones de paz y confianza en las acciones bienintencionadas y perseverantes de los hombres.